Junior perdió 2-1 ante Pasto

Oct 12 2019 06:15 pm 0
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Partido ‘trampa’, de esos que son una ‘piedra en el camino’. No era solo luchar contra los 2.900 metros de altura de Ipiales —mucho más que Bogotá—, sino contra un viaje pesado —el grupo se tuvo que dividir en dos para llegar al municipio nariñense— y una cancha impresentable para el fútbol profesional colombiano.

A todo eso tuvo que sobreponerse Junior, que terminó sucumbiendo ante el Deportivo Pasto por la mínima diferencia (2-1). El ‘Tiburón’, que no contó ayer con Cetré, Teo y Cantillo, le dice adiós a un pequeño invicto de ocho fechas consecutivas en la Liga cinco triunfos y tres empates—, que le sirvió para acentuarse dentro del ‘grupo de los ocho’.

Duelo duro, apretado, parejo, pesado. Junior no se había terminado de acomodar en la cancha, cuando Germán Mera, desconcentrado, detuvo un balón con la mano dentro del área y el árbitro Carlos Betancur no dudó en sancionar como penal. El cronómetro marcaba solo 30 segundos y ya había que remar en contra de la corriente. Andrey Estupiñán (25 años) ejecutó el disparo desde los doce pasos y puso el tempranero 1-0 en la pizarra.

Al ‘Tiburón’ le costó reponerse de ese golpe. Sabía que se le venía un partido largo, trabajado e intenso por delante.

El Deportivo Pasto insistió, pero Viera y la mala puntería le jugaron en contra. El arquero uruguayo le sacó un disparo a Ponce, ahogando el grito de gol, y Estupiñán erró un remate con el guardameta vencido y el arco a su disposición.

Y como dice el viejo adagio futbolero, ‘el que no los hace, los ve hacer’… y mucho más con este Junior, que vuelve a estar dulce adelante. En la primera de los rojiblancos, Daniel Moreno infló la red pastusa, con un disparo cruzado que dejó sin opciones al arquero Carlos Mosquera.

Junior hacía la tarea. Sacaba un punto en Ipiales —que ya de por sí era un negocio— y terminaba el primer tiempo controlando el partido, ante un Deportivo Pasto que iba de más a menos.

La segunda parte mostró un partido bastante aburrido, con pocas opciones de gol para cada bando. Era un homenaje al bostezo, a la pesadez, al sufrimiento. Parecía que ambos equipos, quizá sin quererlo, se conformaban con el empate.

Un remate de Estupiñán, que bloqueó Viera y un tiro libre de ‘Cariaco’ González, que pasó cerca, fue lo más cercano a una aproximación de gol.

Junior trabajaba el partido en el centro del campo con fuerza y temperamento. Narváez, Pico y James controlaban, respaldados por el cuarteto defensivo, que se veía más sólido que en la primera parte. Adelante, Daniel Moreno y ‘Cariaco’, que reemplazó a Hinestroza, se rebuscaban, a pesar de la impaciente inercia de Edder Farías, que poco o nada hacía por el juego. Muy triste lo del venezolano que sigue sin entrar en el juego del Junior. Si un solo remate al arco realizó ayer, algo que ya se ha vuelto repetitivo cada vez que le brindan la oportunidad de actuar.

Cuando parecía que el empate sería lo justo para ambos equipos, el Pasto aprovechó una desconcentración de Junior en una pelota quieta, para anotar el tanto del triunfo. Cobro de un tiro libre desde un costado, cabezazo en el área y grito desolador de Ray Vanegas, anotador del segundo tanto nariñense. Una especie de ‘mini-revancha’ —por lo sucedido en la final del semestre anterior—, que no supo digerir, porque celebró de forma desmedida, se ganó la segunda amarilla y dejó a su equipo con 10 hombres en los últimos 15 minutos del compromiso.

Pero no pasó nada. Junior entregó las armas y dio por terminado el compromiso mucho antes del pitazo inicial. El gol de Vanegas cayó como un baldado de agua fría y acabó con las pocas fuerzas que aún quedaban.

Derrota que duele, pero fácil de asimilar por todo lo que la rodeó. Ahora toca buscar ‘revancha’ y clasificación el próximo sábado ante Millonarios en el ‘Metro’. Un triunfo le da al ‘Tiburón’ el tiquete a los cuadrangulares.


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