¿Qué es lo que está pasando entre Nairo y Mariana?

Abr 30 2017 10:55 am 0
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El cruce de declaraciones que hubo esta semana entre la medallista olímpica Mariana Pajón y el campeón de la vuelta a España y del Giro de Italia Nairo Quintana, por el manejo de la Federación de Ciclismo, acaba de pasar del campo deportivo al judicial.

Representante de las ligas de ciclismo de Boyacá, una de las más influyentes, y del Magdalena están pidiendo que se anule la elección del comité ejecutivo en el que salió electo presidente Jorge Ovidio González, un curtido antioqueño de 67 años que lleva 16 ocupando puestos directivos en la federación y moviendo sus hilos de poder.
De hecho, acaban de entutelar a Coldeportes ante un juez de Tunja (Boyacá), terrenos de Nairo Quintana, ante la supuesta demora de esa entidad en pronunciarse sobre la impugnación de su elección.

El 28 de enero, González conquistó 22 de los 25 votos posibles después de que sus rivales abandonaron la carrera alegando que la asamblea extraordinaria que se convocó para la elección de directivos estaba viciada. Entre otros puntos, dicen que no presentaron los estados financieros ni de gestión de una entidad que maneja más de 7.000 millones de pesos.

“Es evidente que las ligas votaron a ciegas y Coldeportes se ha demorado en responder la aceptación de la impugnación”, explicó Wílmer Leguizamón, abogado de los demandantes.

En la competencia por la dirección de la federación, González se enfrentaba a un grupo, encabezado por el exalcalde de Tunja Fernando Flórez y apoyado por Nairo, que dice buscar renovación ante la falta de políticas efectivas para apoyar al ciclismo.

Chats y llamadas

Además, se hablan de presiones indebidas de Coldeportes para que González ganara y de ofrecimiento de dádivas a las 29 ligas departamentales para que lo apoyaran. Este último señalamiento lo sustentan en mensajes que recibieron presidentes de ligas antes de la votación.

Algunos de ellos le aseguraron a EL TIEMPO que el propio González les advirtió que tenía el respaldo de Coldeportes y que podían corroborarlo con Clara Luz Roldán, su directora.

Para respaldar sus denuncias entregaron un chat entre Afranio González, de la liga de La Guajira, y la presidenta de Coldeportes, donde esta le dijo en enero: “Ya Ovidio me había comentado que me ibas a escribir, en lo que pueda colaborarte, con todo gusto”.

González le admitió a este diario que usó el nombre de Coldeportes en plena campaña, pero dio sus razones: “Yo sí les dije que era reconocido en Coldeportes porque fui elegido como el mejor directivo de federación. Allá saben de nuestro trabajo. Pero nunca le dije a la doctora Clara Luz que hiciera campaña. Lo único que ella le prometió al señor de La Guajira fue una carrera que nunca se había podido hacer por falta de recursos”.

En todo caso, cuatro días antes de la elección, el exalcalde de Tunja Fernando Flórez enfrentó a Roldán, y le pidió que dejara de intervenir en el manejo de la federación.

Nairo no es el único

Y aunque Nairo Quintana les bajó el tono a sus reclamos tras el rifirrafe con Pajón, que también se calló, no es el único en el pelotón que protesta por las políticas que impulsa el ente rector del ciclismo.

Una queja reiterativa es que les cobra a sus afiliados una de las tarifas más altas, a nivel mundial, por la licencia federativa para poder correr a nivel nacional: 680.000 pesos. Además, que aunque registra un superávit de cerca de 1.000 millones de pesos y ha reclutado a patrocinadores de lujo como Postobón, Avianca, Shimano y Sura, el apoyo financiero a los deportistas es pírrico.

Otras voces protestan por la falta de control antidopaje que beneficia a veteranos corredores que siguen ganando carreras a nivel local. Al respecto, hace cerca de dos meses se cerró el laboratorio de pruebas del Coldeportes por no cumplir estándares internacionales, según dictaminó la Agencia Mundial Antidopaje.

Sobre el pobre apoyo a los deportistas, profesionales como Winner Anacona, Fernando Gaviria y Egan Bernal, la nueva joya del ciclismo criollo, le han lanzado fuertes dardos a la Federación.

Pablo Mazuera, entrenador de Bernal, recordó hace poco que en el mundial juvenil de 2014 de ciclomontañismo, donde su pupilo de 20 años conquistó el segundo puesto, la Federación Colombiana de Ciclismo no los apoyó: “Decían que no nos iba a ir bien y que no tenía presupuesto”

En las competencias departamentales, responsabilidad de las ligas con apoyo de la Federación, la situación pareciera más crítica. Hace apenas dos semanas se canceló la Vuelta al Tolima porque no se consiguieron los permisos para cerrar las vías.

“Esto demuestra falta de gestión por parte de la Federación”, aseguró Libardo Leyton, director técnico de Movistar América y exseleccionador nacional.

Y en la Clásica a Fusagasugá se vieron imágenes de corredores pedaleando por carreteras en obra, esquivando huecos y pasando por barrizales. Incluso, en la cancelada Vuelta a Tolima hubo protestas porque el premio para las mujeres que se llevaran una etapa era de 70.000 pesos y para la ganadora en la general, de 600.000 pesos.

González le atribuyó la responsabilidad de algunas de estas deficiencias a las ligas e insistió en que siempre se les ayuda a los corredores, “aunque a veces puede que falten cosas”.

Clubes de papel

En lo único que todos están de acuerdo es en la necesidad de establecer si es cierto que en varios departamentos existen clubes ciclísticos de papel que terminan eligiendo a los presidentes de las ligas y este al presidente, tal como ocurría con los comisionados de televisión, un episodio que terminó en la Fiscalía.

Hace unos años el propio Nairo denunció que el equipo donde dio sus primeros pedalazos era solo el aviso. “No es que haya un club, ni entrenador, ni sede ni nada de eso. Solo el nombre. Pero para uno poder correr, hay que pagarle a un club de esos una mensualidad, para que lo inscriban a uno en las competiciones”, confesó.

En Boyacá se denunció que hay personas que controlan indirectamente hasta 4 y 5 clubes, lo cual los convierte en caciques electorales que cobran el favor.

Ante tanto ruido, González salió el viernes a hacer un anuncio con el que intenta contrarrestar otra de las críticas a su gestión: la realización de una carrera UCI 2.1, categoría que permitiría que grandes escuadras profesionales rueden por el país.
Durante años se negó a darle vía libre al Tour del Café, iniciativa privada que incluía a cuatro gobernaciones, empresas y al Gobierno Nacional.

Pero hace dos días anunció que solicitó ante la Unión Ciclística Internacional una competencia 2.1 para 2018.

La siguiente etapa de este pulso por el control de la federación será en días cuando se conozca el fallo de tutela.

El Tiempo


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