Indignación, dolor y llanto se siente, no solo en Barranquilla, sino en todo Colombia, por el vil asesinato de los cinco policías, en el atentado terrorista que dejó otros 41 uniformados heridos.
La madrugada de este sábado 27 de enero de 2018 pintaba como todas las madrugadas de comienzos de año en la arenosa, anunciando un día alegre, de trabajo, de gozo, pero esta vez no fue así. A las 6 y 40 de la mañana muchos barranquilleros despertaron con un estruendo que no es normal escuchar en la Puerta de Oro, una fuerte explosión anunciaba que algo andaba mal.
A esa hora la gente llamaba de un barrio a otro, preguntando por la suerte de sus familiares o simplemente por curiosidad, para saber si había pasado algo, pues no es normal un ruido tan desafiante en Barranquilla.
En alerta permanecieron por varios minutos los habitantes de los barrios San José, El Carmen, Cevillar, La Victoria, San Isidro, Los Pinos, Los Andes y San Felipe, que fue donde más sintieron la explosión.
Pero con el pasar de los minutos los barranquilleros se fueron enterando de una de las peores noticias en la historia de Barranquilla, un petardo de alto poder había estallado en la Estación de Policía del barrio San José.
Enseguida, el eco de la explosión fue opacado por las desesperadas sirenas de ambulancias y patrullas de policía que corrían una carrera contra el tiempo y la muerte.
Los primeros habitantes del barrio San José que llegaron al lugar de la emergencia encontraron la peor escena que se haya visto en Barranquilla, decenas de policías tendidos en el suelo, llenos de sangre y rabiando del dolor, otros uniformados lloraban y gritaban desesperados por lo que había ocurrido, destrozos, desolación, rabia y dolor ambientan la escena.
Nadie lo podía creer, pero era cierto, el terrorismo hizo estallar dos bombas en la parte trasera de la Estación de Policía, donde hay un parque infantil y un Puesto de Salud, pero por fortuna no había más gente, eso sí, como siempre ahí estaban ellos, los héroes de nuestra amada Patria colombiana, ellos pusieron el pecho por todos los colombianos, ellos recibieron toda esa descarga explosiva llena de metralla y odio, ellos cayeron al suelo, algunos mutilados, otros con esquirlas en todo su cuerpo y otros aturdidos por el atentado.
Estos hombres de verde, sin duda, ofrendaron sus vidas para salvarnos a todos los colombianos, ellos fueron nuestro escudo, estos jóvenes, quizá de familias humildes, también seres humanos como todos, sabiendo que algún día eso les podía suceder nunca se rindieron, permanecieron firmes hasta el última día, defendiéndonos, y así debemos permanecer todos hasta el último día para sacar a este hermoso país adelante, en honor a nuestros héroes y en honor a Dios. ¡GRACIAS HÉROES!
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