Muere el general iraní Soleimani en bombardeo de EE. UU. en Irak

Ene 3 2020 11:10 am 0
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El enviado de Teherán para los asuntos iraquíes, el poderoso general Qasem Soleimani, y un dirigente proiraní murieron este viernes en un bombardeo estadounidense en Bagdad, “una escalada extremadamente peligrosa” según Irán, que tiene lugar tres días después de un ataque a la embajada de Estados Unidos.

El general Soleimani estaba a cargo de los asuntos iraquíes en el ejército ideológico de la república islámica y Abu Mehdi al Muhandis era el número dos de las Fuerzas de Movilización Popular o Hashd al Shaabi, una coalición de paramilitares mayoritariamente proiraníes y ahora integrados en el Estado iraquí.

Poco después de sus muertes, el Pentágono anunció que el presidente estadounidense, Donald Trump, dio la orden de “matar” a Soleimani.

El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, lo calificó de “escalada extremadamente peligrosa e imprudente”, y el exjefe de los Guardianes de la Revolución Mohsen Rezai prometió que la “venganza contra Estados Unidos” será “terrible”. Desde hace años, Irak se encuentra entre dos fuegos, atrapado entre sus dos grandes aliados: Estados Unidos e Irán.

‘Orden de matar’

El viernes, Washington respondió al asalto al inmenso complejo en el corazón de la ultraprotegida Zona Verde de Bagdad, y semanas después de ataques con cohetes contra sus diplomáticos y soldados. Unos ataques atribuidos por Estados Unidos a proiraníes en Irak, pero nunca reivindicados.

“Por orden del presidente, el ejército estadounidense ha tomado medidas defensivas decisivas para proteger al personal estadounidense en el extranjero al matar a Qasem Soleimani”, dijo el Departamento de Defensa de Estados Unidos en un comunicado.

Minutos antes, Trump había tuiteado una bandera estadounidense. Inmediatamente el influyente senador republicano Lindsey Graham, cercano a Trump, amenazó a Irán: “Si quieren más, tendrán más”.

Pero las consecuencias del asesinato selectivo de una de las figuras más populares de Irán suscitaron preocupación entre otros parlamentarios, cuando falta menos de un año para las elecciones presidenciales estadounidenses. Los congresistas de Estados Unidos no fueron informados con anterioridad del ataque.

“El presidente Trump está llevando a nuestra nación al borde de una guerra ilegal con Irán sin la aprobación del Congreso”, criticó el senador demócrata Tom Udall. El bombardeo estadounidense tuvo como blanco a un convoy de vehículos en el interior del recinto del aeropuerto de Bagdad y mató al menos a nueve personas, según varios mandos de los servicios de seguridad iraquíes.

La otra gran figura muerta este viernes es Abu Mehdi al Muhandis, verdadero jefe de las operaciones de las Fuerzas de Movilización Popular y lugarteniente del general Soleimani para Irak durante décadas.

Ambos, que serán enterrados el sábado, se encontraban bajo sanciones estadounidenses.

Las Fuerzas de Movilización Popular lucharon a partir de 2014 con las tropas iraquíes y la coalición internacional antiyihadista liderada por Estados Unidos, pero Washington considera actualmente que sus facciones más proiraníes (algunas de ellas surgidas durante la lucha contra la ocupación estadounidense de 2003 a 2011) constituyen una amenaza más importante que la del grupo EI.

‘Soleimani, mi jefe’

El martes, miles de sus combatientes y partidarios suyos participaron en una demostración de fuerza sin precedentes en Irak. Llegaron a la ultraprotegida Zona Verde de Bagdad, donde se encuentra la embajada estadounidense, y la atacaron, además de pintar grafitis en los muros en los que se leía ‘No a Estados Unidos’ o  ‘Soleimani es mi jefe’.

Este episodio de violencia terminó el miércoles con la retirada de los proiraníes de la Zona Verde, por orden de las Fuerzas de Movilización Popular. Pero las muertes del viernes incrementan la amenaza que se cierne sobre Irak desde hace meses: su territorio se está convirtiendo en un campo de batalla indirecto para Irán y Estados Unidos.

Desde finales de octubre, soldados y diplomáticos estadounidenses fueron blanco de una decena de ataques con cohetes, en los que murió un subcontratista hace una semana.

El domingo, Washington, que acusa a las facciones proiraníes de las Fuerzas de Movilización Popular de estar detrás de estos ataques no reivindicados, respondió bombardeando bases cerca de la frontera siria, con un saldo de 25 muertos. El martes fue el cortejo funerario de estos combatientes el que forzó la entrada del recinto de la embajada estadounidense en Bagdad.


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