Para dónde va el dólar, tras pasar umbral de $ 4.000

Mar 13 2020 08:41 am 0
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La turbulencia que azota el precio del dólar no amaina y las causas podrían permanecer durante varios días e incluso semanas, toda vez que obedecen a varios factores: el coronavirus, en primer lugar, que provocó medidas por parte del presidente de Estados Unidos Donald Trump, de cerrar durante 30 días los vuelos a Europa.
En Colombia, el presidente Iván Duque decretó este jueves la emergencia sanitaria por la misma razón.

Esto sucede en medio de un panorama negro para el precio internacional del petróleo, con una fuerte tendencia a la baja. Este jueves el de Texas (WTI) perdía 6,8 %, azotado por las palabras de Trump y la declaratoria de pandemia por parte de la OMS. Análisis.

Cuando se juntan varios elementos en contra, como en esta oportunidad, los riesgos para la economía global siguen generando incertidumbre y se convierten en una ola. Inclusive, ya hay economistas del mundo que hablan de una recesión global.

En el caso de Colombia, aunque el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, ha dicho -hasta el miércoles- que las condiciones macroeconómicas del país están en un terreno seco, sin que lo logre alcanzar la ola pantanosa de la turbulencia, se han ido sumando varias circunsatancias que podrían cambiar el rumbo del barco de la economía colombiana. De tajo, ya los analistas no ven que la economía pueda crecer al ritmo estimado para este año: 3,7 %, revisado a la baja, desde un 4 %, en febrero pasado.

En el entorno internacional está la guerra de precios del petróleo, provocada por la OPEP y Rusia. Esto ha llevado a que el barril del principal producto de exportación del país, se cotice a precios de entre USD$ 33,26 y USD $36,2, rango que casi llega a la mitad de la que estimó el Gobierno nacional a la hora de hacer las cuentas de sus finanzas para este y el próximo año.

También está la pandemia, que aunque ya ha entrado en terreno moderado en el país en la que se originó el coronavirus (China), está andando en el resto de naciones del mundo y atropellando todas las variables económicas y sociales que encuentra a su paso.

Incertidumbre, el peor enemigo

El escalamiento de las tensiones, tanto por cuenta del coronavirus, como de la situación de los poderosos del petróleo, aviva a cada instante la tensión y la incertidumbre.

En particular en Colombia, el peso se ha devaluado de forma más brusca y en este jueves, el dólar se cotiza por encima de los 4.000 pesos.

Hay que tener en cuenta que la volatilidad del dólar en la última semana ha sido de ataque, debido al nerviosismo generalizado por los temores de los sucesos externos, pero, por más ‘blindada’ que esté la economía, según el punto de vista del Gobierno, llegará un momento en que los efectos lleguen a los ciudadanos.

Los analistas, a diferencia del Gobierno, creen que ya hay un ‘contagio económico’ a causa de la presencia del coronavirus. Y lo peor es que es un fenómeno impredescible, que, aún con las medidas adoptadas, es imposible estimar las magnitudes que pueda llegar a tener.

Cómo se afecta la gente

1. Si la ley de oferta y demanda aplica, se subirían los pedidos en línea, lo que terminaría incrementando los precios por esta vía que ha sido un alivio para los colombianos, en casos como la compra de tiquetes aéreos, ropa, productos tecnológicos, entre otros.

2. El turismo, uno de los grandes afectados, hasta el punto que está entre los escogidos por el Gobierno nacional, para recibir los estímulos económicos establecidos hasta ahora, también impacta al colombiano como consumidor. Una vez pase la marea, los precios en este sector podrían incrementar, reduciendo lo que ya se había ganado: que se empezara a mover como sector de la llamada economía naranja.

3. Entre los receptores de divisas, mientras el dólar esté al alza, la situación turbulenta es benéfica para ellos. El problema podría venir después, cuando empiecen los efectos a mediano plazo en la economía global, con menor demanda y, por consiguiente, reducción de la producción, lo que, a la larga, podría llevar a que el empleo no crezca al ritmo que venía antes de la turbulencia.


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