Reconstruir el pasado
Hoy, más de 300 años después de su abandono, aún pueden apreciarse algunas edificaciones rusticas de la antigua ciudad, entre ellas se destaca su Catedral. Este espacio es crucial para los trabajos históricos y arqueológicos de los investigadores del proyecto, ya que bajo su suelo se hayan sepultados numerosos habitantes de la Panamá colonial.
En el año 2000, el profesor de Uninorte, Juan Guillermo Martín, adelantó trabajos de excavación arqueológica en esa zona, y además de encontrar el piso original de la Catedral, descubrió una serie de sepulturas, relacionadas con las actividades funerarias que tenían estos espacios sagrados en el pasado. “En las iglesias de la colonia temprana se enterraba a la gente; no excavamos todo en aquel entonces y es por eso que esperamos explorar ahora un área mayor”, indicó Martín, quien estará liderando el componente arqueológico del proyecto.
El experto explicó que entre enero y abril de 2017 se realizarán los análisis arqueológicos en campo, para encontrar e identificar los restos óseos de aquellos que se encuentran enterrados. Luego de estos hallazgos vendrán otros meses de trabajo en el laboratorio para definir perfiles poblacionales, a través de identificación genética y de bioantropología.
Los investigadores escarban en el lugar para encontrar evidencias de lo que era la vida de los pobladores del lugar en los siglos XVI y XVII.
En este punto de la investigación intervendrá el docente Javier Rivera, bioarqueólogo y bioantropólogo, quien se encargará de analizar los restos óseos que se obtengan. Una vez en el laboratorio los huesos serán lavados y restaurados para después estimar el sexo, edad, estatura y ancestros de la persona estudiada.
Al finalizar este proceso con cada individuo, los investigadores conseguirán un análisis demográfico de la cantidad de hombres y mujeres que se encontraban enterrados bajo la iglesia, así como los diferentes grupos étnicos a los que pertenecían y las regiones del mundo de las que provenían.
Rivera destacó que al realizar pruebas bioquímicas, como el análisis de isotopos estables en muestras de dientes, se podrá saber qué tipo de dieta estimada tenían los habitantes de Panamá en la colonia, así como el tipo de recursos a los que podían acceder.
“Con el análisis bioantropológico, los huesos nos permitirán conocer las condiciones de vida de las personas, ver qué comían y qué enfermedades padecían”, apuntó el investigador, quien también manifestó que este proyecto es una buena oportunidad para ubicar redes de información entre Latinoamérica. “Estoy seguro de que se darán aportes importantes para completar esta historia de Panamá, y que este puede ser un modelo replicable en otros escenarios similares”, sugirió.
Por su parte Juan Guillermo Martín resaltó algunas de las implicaciones que An ARTery of Empire tiene para Latinoamérica, ya que es el primer proyecto que se articula desde el principio con diversos campos y disciplinas. Además de esto, los resultados obtenidos no solo serán divulgados a través de artículos científicos, sino que con ellos se podrá construir una gran base de datos que facilitará la búsqueda y el cruce de información entre los componentes de historia, arqueología, isotopía y genética humana que comprende la investigación.
“El otro gran objetivo esperado es la base de datos que permitirá hacer asociaciones. Para ello hay ingenieros de sistemas de la Universidad Pablo de Olavide, quienes están trabajando en el diseño de la misma; para saber si se está cruzando la información que se quiere, y tener en 2019 una base de datos que realmente revolucione la manera de hacer historia y arqueología”, afirmó Martín.
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